San Pablo de la Cruz

San Pablo de la Cruz C.P. (Ovada, 3 de enero de 1694-Roma, 18 de octubre de 1775) fue un sacerdote eremita y místico italiano fundador de la Congregación de la Pasión más conocida como Pasionistas. Su nombre real fue Pablo Francisco Danei Massari.
Vivió una vida normal en Ovada, Italia. Fue hijo de un medianamente acaudalado comerciante. Cuando Pablo tenía 19 años de edad, su vida cambió al escuchar un sermón que el párroco de su pueblo natal predicó en aquel día, que le llevó a vivir una vida libre de vicios, inspirada en la penitencia y la oración diaria.
Se dice que la Virgen María se le apareció al joven Pablo y le dio a conocer el hábito negro, el estilo de vida contemplativa y el escudo de su futura congregación de los Pasionistas, que fundó, inspirado en la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Pablo relató sus visiones a Monseñor Gattinara, obispo de Alejandría y a su confesor, quienes le revistieron de dicho hábito en 1720, a raíz de lo cual vivió en la ermita de San Esteban (según otras fuentes fue en la iglesia de los Santos Carlos y Ana1), en la localidad de Castellazzo.
Junto a su hermano, Juan Bautista de San Miguel, Pablo, que tomó el nombre religioso de Padre Pablo de La Cruz, viajó a la ciudad de Roma y sostuvo una audiencia con el papa Benedicto XIV, quien aprobó las reglas de su congregación, que se llamó Congregación de la Pasión (también conocida como Pasionistas), destinada a la vida contemplativa y a las misiones de evangelización. Pablo se destacó por su amor a la Eucaristía, su penitencia y su infatigable oración y predicación.
San Pablo de la Cruz se lanza a la empresa de fundar esta congregación luego de un largo camino de búsqueda espiritual, muy similar al vivido por San Francisco de Asís: se despoja de posible fama, riqueza y posición social a cambio de hacerse pobre siervo de Cristo, movido a ello por una visión de la Santísima Virgen María. Su vida mendicante la comparte pronto con algunos compañeros que se le unen, haciéndose llamar "LOS POBRES DE CRISTO". Con el tiempo toman el nombre de "PASIONISTAS" en consonancia con el encargo que la Virgen le hace a Pablo: predicar la Pasión de Jesucristo como "el don más maravilloso del amor de Dios, la fuerza que puede transformar al hombre y al mundo entero". Su misión los lleva a padecer en carne propia los dolores de los pobres, sirviéndolos, especialmente a los enfermos ("sufriendo los dolores de Cristo crucificado"), y a viajar de pueblo en pueblo predicando las misiones. Esta vida, una opción radical por el Evangelio, en un comienzo no es bien comprendida por la Santa Sede (pese a que Pablo contaba con el apoyo de su obispo), pero después de vencer las resistencias iniciales, logra que el papa Benedicto XIV lo ordene sacerdote junto a su hermano Juan Bautista en 1727 y les dé a esta primera comunidad permiso para predicar. Más tarde el propio San Pablo de la Cruz llegó a ser consejero del papa Clemente XIII, lo que lo llevó a trasladarse a Roma, donde establece la Casa Madre de la Congregación en el convento junto a la Basílica de los Santos Juan y Pablo y donde hoy descansan sus restos, y que hasta la actualidad es la sede del Superior General.
Murió en Roma en octubre de 1775 a los 80 años de edad, y fue canonizado en 1867 por S.S. Pío IX.
Ven. M. María Crucificada de Jesús
María Costantini nació en la localidad de Corneto, provincia de Viterbo (Italia), en el seno de una familia noble. Abrazó la vida religiosa, entrando en el monasterio benedictino de Santa Lucía en 1733. Allí profesó sus votos en 1734 bajo el nombre de sor María Cándida. Según sus biógrafos, se sintió desilusionada, a causa de la falta de austeridad del monasterio.
Siguiendo los pasos de su director espiritual, Pablo de la Cruz, fundador de la Congregación de la Pasión, María decidió colaborar con la fundación de la rama femenina del instituto. Así, se retiró de las benedictinas y, el 3 de mayo de 1771, con su nueva profesión dio inicio a las Monjas de la Congregación de la Pasión, más conocidas como monjas pasionistas. Desde entonces la religiosa fue conocida como María Crucificada de Jesús.
María Crucificada murió el 15 de noviembre de 1787.
Fue proclamada venerable el 17 de noviembre de 1982, por el papa Juan Pablo II
